La delgadez al extremo
En un 95% de los casos la
anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en algunos casos se da en hombres, en
mujeres adultas y en niños. Existen grupos más propensos a sufrir estos
trastornos, es el caso de las gimnastas, las bailarinas o las modelos.
Se pueden distinguir dos
tipos:
·
Anorexia
restrictiva: La persona restringe la ingesta de alimentos con dietas extremas y
ejercicio físico extremo (sobreentrenamiento).
·
Anorexia bulímica:
La persona recurre a las purgas o vómitos autoinducidos, aunque haya ingerido
una pequeña cantidad de alimento.
La persona en estado
anoréxico normalmente comienza con la eliminación definitiva en su dieta de los hidratos de carbono. A continuación
rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de
deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras
conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas,
vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden
perder desde un 15% a un 50% por debajo
de su peso recomendado.
Los principales síntomas
que puede experimentar una persona anoréxica son los siguientes:
·
Rechazo a
mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y talla
de la persona.
·
Miedo al aumento
de peso o a la obesidad incluso cuando el peso se encuentra por debajo de lo
recomendable.
·
Percepción
distorsionada del cuerpo, su peso y proporciones. La persona se ve y se siente
gorda, aunque esté en extremo delgada.
·
Ausencia de tres
ciclos menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea). Los anoréxicos
pueden experimentar una serie de síntomas muy variados: estreñimiento,
amenorrea, dolor abdominal, vómitos, etc.
·
Preocupación
excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la preparación de
los alimentos.
·
Constante
sensación de frío
·
Reducción
progresiva de los alimentos.
·
Utilización de
trampas para evitar la comida
·
Hiperactividad
·
Se producen
arritmias que pueden derivar en un paro cardiaco.
·
Las pulsaciones
cardíacas disminuyen; baja la presión arterial.
·
Desaparece la
menstruación en las mujeres (amenorrea).
·
Disminuye la
masa ósea y, en los casos muy tempranos, se frena la velocidad de crecimiento.
·
Disminución de
la motilidad intestinal.
·
Anemia.
·
Aparece un vello
fino y largo, llamado lanudo, en la espalda, los antebrazos, los muslos, el
cuello y las mejillas.
·
Estreñimiento
crónico.
·
La disminución
del gasto energético produce una sensación constante de frío.
·
La piel se
deshidrata, se seca y se agrieta.
·
Coloración
amarillenta en las palmas de las manos y las plantas de los pies por la
acumulación de carótenos en las glándulas sebáceas.
·
Las uñas se
quiebran.
·
Pérdida de
cabello.
·
Problemas con
los dientes y edemas periféricos. Hinchazones y dolores abdominales.
A estos síntomas se le suman otros rasgos típicos
como la irritabilidad, la depresión y los trastornos emocionales o de la
personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la sensación de
saciedad y plenitud antes de las comidas, náuseas, hinchazón, o incluso
ausencia de sensaciones.
Un cuerpo
delgado y con bajo porcentaje de
grasa es saludable, pero cuando ya esto se convierte en una obsesión, se puede
caer en desórdenes alimenticios como
el ya descrito.
Por esto, más que concentrarse en una determinada
meta de disminución de peso, hay que concentrarse en cambiar el estilo de vida
con el objetivo de lograr tener hábitos saludables, los cuales resultaran en un
cuerpo sano y por ende, en un cuerpo delgado y en buen estado físico.
Por
esto, es siempre importante saber mantener un equilibrio. Para bajar de peso o
mantenerlo de forma efectiva, hay que aprender a comer sanamente y a entrenar
periódicamente sin llegar a los extremos.
Miguel
Ángel Pol Vaquer
@MiguelAngelPol
THE
RUSH STUDIO
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